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Una encuesta global muestra que el 52 por ciento de las personas de entre 50 y 60 años se sienten más jóvenes y que un 19 por ciento se percibe con una década menos que la edad que tiene en realidad1. Aunque estos datos reflejan un panorama positivo sobre el envejecimiento saludable, los resultados también advierten que hay un menor conocimiento sobre los riesgos asociados a esta etapa de la vida, como las enfermedades vinculadas a un sistema inmunológico debilitado.
Muchas de las enfermedades que afectan a los adultos mayores de 50 años son prevenibles o se pueden tratar, pero requieren de una consulta médica precoz y un diagnóstico y tratamiento temprano. Comorbilidades como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, renales y pulmonares (asma, tabaquismo y EPOC, entre otras) están directamente vinculadas al debilitamiento del sistema inmune y a factores como el estrés, las condiciones de salud preexistentes y el estilo de vida. Más de dos tercios de los encuestados reportan padecer un alto nivel de estrés, mientras que el 16 por ciento lucha por sobrellevarlo a diario1. Como agravante, el 55 por ciento desconoce que las enfermedades crónicas pueden debilitar el sistema inmunológico.
A pesar de esto, los resultados del estudio –realizado por la consultora Ipsos con 8.400 participantes de nueve países e impulsado por el laboratorio GSK– muestran que un tercio de los adultos en este grupo etario no considera prioritario tomar medidas preventivas para cuidar su salud, aún sabiendo del impacto severo que puede tener en su calidad de vida.